Siete cajas y algo más: desalojo forzoso

Buenos días,

Muchos días sin escribir y muchas cosas en el tintero. Habrá que ponerse manos a la obra...

El viernes abandoné mi casa, ya lo he hecho alguna vez, pero nunca lo había hecho sin saber cuando volvería. De hecho no sé ni si volveré. Bueno, tampoco hay que ser dramático, quiero volver a Barcelona en unos años, pero no creo que sea a ese piso. No será a ese piso (si la oferta immobiliaria mejora, como creo que será en poco tiempo) porque creo que hay que comenzar de nuevo. En ese piso han pasado cosas muy bonitas y especiales, pero también han pasado otras que nunca deberían haber acaecido y que me convirtieron, en un tiempo, en peor persona de lo que soy o de lo que pretendo ser. No niego que me gusta el piso y su localización, pero no soy persona de tener mucho apego a las posesiones personales.

Me tuve que marchar el viernes porque ayer domingo Noe y Raul, mi hermanito y mi nueva hermanita, se han trasladado temporalmente mientras se arregla el piso donde van a compartir vida y sueños. Como Imma sigue en Etiopía y yo marcho en una semana, encontramos entre todos esa solución óptima para todos (win-win solution en American English). O sea que tocaba darme el piro.

Del miércoles al viernes estuve recogiendo. Me hice una lista del proceso a seguir. Primero despacho, luego recibidor, después comedor y habitacion para finalizar con la cocina. Más o menos seguí ese orden, pero introduje algo de anarquía, que siempre se agradece. El paso previo consistió en ir al súpermercado Consum, sección panadería y pedir unas cajas de baguettes, son de dimensión ótima, gratis y limpias. Fueron 7. Creía que muchas, fueron las justas.

El proceso de traslado duró tres días. Hubo muchas alegrías y también muchas lágrimas. Se abrieron muchos cajones y muchos archivos que hacía tiempo no se abrían. Se descubrieron calcetines desaparejados desde hacía años (la desaparición de calcetines es un efecto paranormal en esa casa). También se destruyeron muchos documentos, revistas, papeles, facturas y manuales. Muchas cosas que en su momento eran tan importantes y que al cabo del tiempo son simplemente pasta de celulosa con algo de tinta. Cada vez estoy más convencido que la revista que no se lee cuando llega y que se archiva nunca se leerá y su única función será ocupar un espacio y aumentar la entropía y el malestar de los habitantes del piso. Tiré muchísimas bolsas de papel. Ah! y también surgieron muchos móviles, cables, CDs inutilizables, ... Todo eso se dirije a un servicio que nos ofrece l'Agència de Residus. Un servicio denominado "Deixalleria" o "elsitiodondesetiratodoloquenosepuedetirarenelcontenedor". Curioso servicio. Desconocido para la mayoría de los seres vivos, pero muy útil.

Poco a poco todo se fue vaciando. Se retiraron los pósters, se vaciaron los armarios. La ropa merece un capítulo aparte. Por la poca ropa que tengo y compro me sorprendió ver que tenía unas 15 camisas y también unos 15 pantalones, por no hablar de la ropa interior... Hacia Copenhage habrá que hacer una nueva selección. A medida que todo se vaciaba se iban llenando las cajas y se iban cerrando, 1, 2, ... hasta las 7. Luego rellené la mochila y una bolsa de ropa sucia. El piso estaba irreconocible y la mayoría de mis sueños y mi vida estaban en 7 cajas, unos 50 kg.

Lo que me dió más trabajo fue el ordenador, la información que no pesa. Hice un poco de limpieza y después de ello el Office dió error. Quería pasar toda la música al IPOD pero no pude, así que al final y después de insistir mucho (unas 4 horas, ya sabeis que soy un poco cabezota)opté por llevarme el disco duro entero y hacer las gestiones en casa de mis padres. La única operación que hice fue una copia de los correos para poderlos bajar en cualquier ordenador donde trabaje a partir de ahora. Los correos y el blog, son un poco la crónica de nuestra vida. Estos años he recibido muchos correos del IESE y de los monitores. A partir de ahora recibiré menos seguro y pasaré a recibir otros (seguro que más aburridos) de carácter profesional. A diferencia del blog, el correo es una forma de comunicación personal, un espacio íntimo en el cual desenvolverse. Mi consejo por experiencia personal es que nunca confundais el compartir todo con la pareja o con los amigos con el tener un espacio de intimidad personal como es el correo electrónico. Así que igual que me llevo mis camisetas, también me llevo mis CDs, y igual que me llevo los pantalones, también me llevo mis correos.

La casa se quedó vacía. Cogí las llaves (que ya no tengo) y cerré la puerta, aquella que he cerrado tantas y tantas veces. Me fui sin pena. Todo lo que había dentro y que me importaba me lo llevaba conmigo. Soy persona de tener pocos "mis" y eso me fascina.

Era viernes, el sábado me esperaba algo muy emotivo y muy bonito.

Un beso

Jordi