Nestlé: ese viejo enemigo

Buenos días,

Después de la resaca Ventdelplanera, vuelvo a la carga con una entrada más reivindicativa.
Hace unos días, como algunos sabéis, celebramos la salida de la asociación. Lo que me gusta más es la logística (y a eso voy a dedicar unos años de mi vida), así que me fui con los cocineros a comprar al mítico Makro. Decir que el mito ha caído un poco, porque ni los tamaños eran tan asombrosos ni los precios tan baratos. Bueno, dejémoslo ahí. Pues eso que estábamos comprando y nos acercamos a la zona de los cafés.

El cocinero, abuelo de uno de los monitores y un auténtico crack, insistió en comprar café soluble, más fácil de preparar y descafeinado, más saludable. No objeté. No tomo café. Había dos marcas. Nescafé y una marca blanca. Ahí sí que objeté. Para mi no había elección y no era cuestión de precio o de calidad. Igualmente, de calidad es difícil estar por debajo de Nescafé (eso dicen los expertos). De precio es difícil estar por encima. Pero la elección era por principio.

Nescafé significa muchas cosas. Significa el maltrato a aquellos campesinos mexicanos que visité en el año 2001 en CHiapas y Oaxaca. Significa el boicot mundial más grande (mucho mayor que el de Nike o el de H&M). Significa que los consumidores tenemos derecho a decidir qué consumimos, sin que nos engañen. Significa que un café soluble sólo debe ser eso, café soluble.

Llegamos a la casa con la comida. En la cena, después de que los chavales acabaron de comer, los monitores nos dispusimos a charlar un rato y algunos optaron por el café. Entró en la sala un monitor con el bote del café y dirigiéndose a mi me dijo: "¿Qué es esto?". Le expliqué las razones profundas de mi elección. Se rió y me dijo que eso eran ridiculeces. Insistí, me miró con una media sonrisa y lo dejamos estar. Me dolió. Si no somos capaces de creer que podemos cambiar el mundo desde los pequeños detalles, desde nuestras propias decisiones entonces sentémonos en el sofá y veamos pasar las horas. Que no se nos llene la boca de lemas vacíos.

Ayer leí una nueva noticia relacionada con Nestlé y su café soluble. Me llegó a través de Setem, la ONG con la que llegué a México.

DF, México — A finales de febrero, la transnacional agroalimentaria Nestlé obtuvo en Europa una patente sobre café genéticamente modificado que supuestamente mejora la solubilidad del café en polvo, pese a que en muchas regiones y países del mundo esta corporación se había comprometido a no utilizar alimentos genéticamente modificados, denunciaron la Coordinadora Nacional de Organizaciones Cafetaleras (CNOC), la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe de Pequeños Productores de Comercio Justo y Greenpeace.
Esta misma patente fue solicitada en México bajo el número MXPA04003325A. Si esta patente llega a aprobarse en nuestro país, los productores de café serán más dependientes de Nestlé. Además, las variedades modificadas genéticamente podrían contaminar el café convencional y, peor aún, el café orgánico del que México es el primer productor en el mundo, con lo que se afectaría gravemente la fuente de ingresos de más de 480 mil familias cafetaleras en México y a las cerca de 500 organizaciones campesinas e indígenas que dependen del café.

http://www.greenpeace.org/mexico/press/releases/amenaza-nestle-a-campesinos-me

No discutiré aquí sobre la manipulación genética, no tengo suficiente base científica, sólo sé que la naturaleza es sabia. Parece que las semillas manipuladas, que son más fuertes, contaminarían las orgánicas, y eso no me gusta.

Seguiré haciendo campaña activa contra el Nescafé. Supongo que la fuerza me la da tener aún fresca en la mente la cara de aquellos campesinos mexicanos a los que hace ya 5 años les dije "su lucha es mi lucha".

Que paseis un buen día

Jordi