diumenge, de maig 27, 2007

Bobo

Buenas tardes,

Domingo en Copenhage. Un poco más descansado y relajado, dandome horas de lectura, de escritura y de suenyo. Esta manyana me he regalado 45 minutos de jogging y ha sido genial. A los 10 minutos ha empezado a llover y eso me ha hecho decidir a seguir adelante y alargar los 30 minutos que en principio tenía planteado correr cuando he salido de casa. La libertad de poder correr bajo la lluvia sabiendo que en casa me esperaba ducha caliente y ropa seca ha sido sensacional.

Descansado no estoy del todo aún, obviamente la trisca ha sido demasiada como para estar como nuevo en un día, calculo que el finde que viene ya volveré a ser más persona. Necesito recuperar sobretodo el ritmo de suenyo. Hoy a las 7:30 tenía los ojos como platos. Son muchos cambios horarios, son muchas cosas en la cabeza y es demasiada luz la que entra por la cortina a partir de las 5 de la manyana. Pero bueno, que esos sean los mayores problemas en mi vida.

Hace unas semanas que pienso en esta entrada y hoy me he decidido a escribirla. He pensado mucho porque alguien se puede sentir aludido y porque puede transmitir una percepción errónea sobre mi, pero me lanzo a la piscina.

Hay tres personas en el mundo que me han hecho llorar, una de ellas, mi abuela Lucía, quizás la que más. Cuando me refiero a ella siempre pienso en lo que nos hizo sufrir. Ella me ensenyó que la vida no es fácil. También pienso en sus manos recias y fuertes cuando me daba masajes después de que se me torciera el tobillo o cuando me dolía la espalda por un mal gesto. Supongo que de ella guardo la fe en las manos como instrumento de transmisión de amor, de paz, de curación.

Recuerdo muchas cosas de ella pero últimamente recuerdo una frase que me repetía mucho: "Jordi, de inteligente serás mucho pero de listo no tienes nada". También me llamaba muchas veces bobo.

Hace unos días me llamaron al teléfono. Descolgué y la voz al otro lado me resultó algo conocida. Era una chica con la que habré hablado 2 o 3 veces en mi vida. La menciono aquí porque estoy seguro que ninguno de los que leeis el blog la conoceis. Si no fuera así, obviamente no lo haría.

- "Hola Jordi"

- "Hola X! Cómo estás? Hace tiempo que no sé nada de ti"

- "Pues bien, muy liado con el trabajo, viajando, con cursos, ..., pero en general contento"

- "Jordi, te llamo porque tengo un problema"

- (yo con cara de sorpresa) "Ah si? cómo es eso? Algo en el trabajo?"

- "No, nada que ver con el trabajo, allí todo va bien, estoy muy contenta"

- "ok, ok"

- "Tiene que ver con mi novio"

- (megacara de sorpresa, no sabía ni que tenía novio) "Ah, sí?"

- "Sí, es que resulta que me insulta y me pega y no sé qué hacer, por eso te llamaba"

Fue un momento de esos "tierratragame". No continuaré la conversación, sólo compartiré con vosotros el momento de desfase mental que sufrí. ( Obviamente sobra mencionar que alguien ha de ser muy desgraciado para pegar a otra persona, pero eso será motivo de otra entrada ). Me pellizqué para ver si era yo y si estaba despierto y finalmente intenté entender la situación y sobretodo qué pintaba yo en todo eso.

El tema sigue candente y le he enviado un par de mails para saber cómo estaba. Ella dice que bien, pero poquita cosa más. Alguien decidió un día que tenía que volcar su problema en ese otro alguien (llamado Jordi), lo volcó y si te he visto no me acuerdo.

Lo que aconteció aquel día me hizo reflexionar sobre un conjunto de cosas que me han ido pasando en estos meses/anyos/vida y que me devuelven a la frase de mi abuela y a la conclusión que soy bastante bobo.

Alguien dirá que lo que comunico aquí es la necesidad de sentirse mártir de la causa. Muchas veces me ha pasado que me he involucrado mucho en un tema, que luego se ha complicado, y obviamente cuando me he quejado, he dado la imagen de martirio. Pero me niego a que esa sea una posición transversal a lo largo de mi vida. Me niego porque en numerosos ejemplos no soy yo el que voy a buscar el problema, es el problema que me viene a buscar a mi. No doy más ejemplos para evitar alusiones directas. Lo dejo aquí.

Por una parte es bonito que confíen en uno, que compartan conmigo sus problemas y preocupaciones, que esté arriba en la lista de teléfonos a los que llamar cuando las cosas no funcionan. Por otra es durillo saber que actúas como la papelera del Windows, te abren, te lanzan un problema, y apa nano, a comérselo. Lo que me molesta no es el comérselo, lo que me molesta es que luego no se acuerden de que hay alguien dandole vueltas al problema. Supongo que es falta de una mayor inteligencia emocional, algo en que los psicólogos son maestros y algo que tengo que practicar y aprender con cierta urgencia.

Abrir los ojos, mirar al otro, escuchar, hacer preguntas. La primera fase está superada. Pero después uno ha de actuar como la pared de la pista de squash, repeliendo las pelotas y quedándose sólo con rasgunyos o alguna pequenya marca. Esa fase, como demuestra mi entrada, no está superada. Mi pared no es de hormigón, es de plastelina.

Hace también días que pienso en los buenos y en los malos. Lo ejemplificaré en la tarjeta roja que se llevó Ronaldinho ayer. El malo (el del Getafe por supuesto ;)) pegó cinco patadas seguidas al brasilero. El bueno (Ronie, cómo no?) se revolvió al final. Resultado, roja para el bueno, premio para el malo. En muchos aspectos de la vida los malos se llevan mejores premios que los buenos. Son más listos (menos bobos) y se espera mucho menos de ellos, cualquier acto es recompensado. Los buenos son más inocentes, siempre están donde se les espera y necesita, y si algún día faltan por algún motivo son duramente castigados.

Dice un colega del trabajo que contra más mayores nos hacemos, nos convertimos en personas más egoístas y "malas". Simplemente es resultado de los zarpazos que nos va dando la vida y de la necesidad de protegernos cada vez más. Espero que esa profecía de mi colega no se aplique a mi persona. Ya estuve en el lado oscuro y no me gustó el Jordi que vi allí.

Hora de comer

Besos

Jordi, bobo

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