dissabte, de desembre 10, 2005

Trist

21:15 de la nit, arribava de l'aeroport amb els meus pares. Baixo del cotxe. Instintivament busco la moto. No hi és. No hi és?????????? On hi és? No, no, no, no!!!!!!!!!!!!!!!!!! Me l'han robada!
He pujat a casa, he buscat el telefon de la grua i els he trucat amb l'esperança de què se me l'haguessin endut per alguna raó. És curiós, quin grau de desesperació has de tenir per desitjar que t'hagin fotut una multa. No hi ha hagut sort. Denúncia (per internet), desesperació i ulls plorosos. Me l'estimava, fins al punt que es pot estimar un objecte inanimat. Però és que amb ella, en aquest any, he viscut moltes experiències, m'he mogut molt per la meva ciutat, m'ha donat molta independència i llibertat. I ara no hi és, i crec que no tornarà. Mai més.
En època de vaques flaques i pressupostos esquilmats, perdre un actiu d'aquesta forma és un 'suma y sigue'. Ho intentaré relativitzar.

Com us vaig avançar ahir avui he estat a París. A les 7:45 m'esperava puntual el taxi. Volava per primer cop amb Air France. La primera sorpresa del dia ha estat positiva, he volat amb Business Class. El meu primer cop. De fet, en vols europeus no hi ha gaire diferència. Tots els seients són iguals. La única cosa és que et donen una mica de menjar, s'agraeix. El bitllet només els ha costat 900 euros. Quina burrada. He volat amb un altre company de l'IESE que tb tenia entrevista. A l'aeoport hem agafat un taxi i en breu hem arribat a la gran París. Primer l'Estade du France, al fons el Sacre Coeur, la torre Eiffel. El temps fred i boirós. No he tingut gaire temps de visitar res. Només la Plaçe de l'Etoile i l'Arc de Triomf. Al fons la nova París i la sempre impressionant Defense.

Las entrevistas han ido razonablemente bien. A fuerza de experiencia o tortas uno va aprendiendo a defenderse frente diferentes entrevistadores. Hay unos blandos y condescendientes, hay otros que hacen de polis malos. Lo importante es no confundirse. JEJJEJE.

La vuelta bien. Sólo que hemos estado una hora atascados. El taxi ha subido más de 50€, pero como no lo pagaba yo.

No me quiero olvidar de algo que he leído hoy y que ciertamente me ha hecho llorar. Es la contra de La Vanguardia. Una entrevista a la viuda de Alfons Comín. Emocionante testimonio de amor incondicional, y de una persona que debió ser apasionada y comprometida. Quiero leer más sobre él. Para no tener problemas con la subscripción os la copio debajo. Espero que La Vanguardia me dé aprobación. Ahora es tarde para llamarles.

Un beso

Jordi

MARIA LLUÏSA OLIVERES, PRESIDENTA DE LA FUNDACIÓN ALFONSO CARLOS COMÍN"Nunca fue ni novio ni marido, fue más"
Tengo 71 años y me llevaba meses con Alfonso. Nací y vivo en Barcelona. No digo nunca que soy su viuda, me considero aún su compañera. Tengo cuatro hijos a quienes les ha sido difícil tener unos padres como nosotros. Sigo siendo de izquierdas de toda la vida. Creo en Jesús, pero parte de la Iglesia debería retirarse
NÚRIA ESCUR - 09/12/2005-

Hay gente que no sabe quién fue Alfonso. En especial, jóvenes. Les diría que fue un hombre que antepuso los intereses de los perseguidos a los suyos propios. Y que jamás se aprovechó de la política. A ella se lo dio todo.
- Fueron ustedes ovejas negras.
- De sendas familias carlistas. Sólo que su padre, diputado, estaba de acuerdo con Franco, y mi padre estaba en contra.

- ¿Ya se conocían de niños?
- Teníamos siete años y a mí me dieron un papel de teatro, de varón, que tenía que representar él. Me juró odio eterno. Años después, él llevaba un libro de Salinas y me lo dejó. Entonces se estilaba comentar libros...

- Una suerte.
- Yo tenía un novio de la burguesía catalana, bellísima persona. Cuando se lo dije, Alfonso contestó: "Es igual, te casarás conmigo". Y pensé: "Con éste podrías arrancar a correr ahora mismo, en la misma dirección".

- Muy arriesgada.
- Fue un amor clandestino, tan difícil como emocionante. Me pasaban sus notas a escondidas, me pusieron un detective. A los veinticinco años pensé que debía irme a Madrid con las Hermanas de la Fraternidad de Foucault, con los más desfavorecidos.

- ¿A un barrio de chabolas?
- Llegué a las barracas con mi traje de chaqueta y me enviaron a limpiar, ¡cómo lloré!

- Luego no se querría ir.
- Las hermanas eran contemplativas, pero yo necesitaba acción. Me puse enferma, ocho meses de reposo. Le escribí a Alfonso: "No vuelvo". Al día siguiente vino a buscarme y ya... juntos hasta la muerte. Nunca fue ni mi novio ni mi marido, fue más.

- Veo que lleva los dos anillos.
- Grabamos en ellos dos palabras que luego han sido premonitorias. En el suyo pusimos gloria, en el mío fiat (aceptación).

- ¿En qué discrepaban?
- En Fidel y Carrillo. Fidel ha sido un dictador desde el primer día. No me gusta cómo funciona su gente. Carrillo, bueno..., yo veía el eurocomunismo con otros ojos.

- ¿Cuál fue el momento más duro?
- Ni la detención a mano armada en nuestra casa ni el proceso. Lo peor fue el día en que metimos cuatro libros en la maleta y nos vimos en la puerta de la Modelo. Ocho meses allí. Horrible.

- ¿La religión ayuda?
- No, la religión es un compromiso.

- ¿Y la Iglesia?
- Una organización que debe cambiar de arriba abajo. No creo que Ratzinger, por llamarse ahora Benedicto, haya cambiado.

- ¿Volverá a creer en él?
- ¡El día que pida perdón a los teólogos de la liberación! ¡Y a Boff, por perseguirlo! Un Dios con víctimas no me interesa. ¡Y menos si no respetan otras religiones! ¿Sabe lo último que Alfonso dijo en confesión antes de morir?: "Por la conversión de la Iglesia".

- El diagnóstico de su dolencia...
- Fue tortuoso. Muy complicado, creo que no lo he explicado nunca. A los 31 años orinó sangre. Un doctor, adorado por toda Barcelona, nos dijo que no era nada: "Los profetas tienen que estar delgados". Años después, el doctor Puigvert nos comunicó "carcinoma extendido, metástasis en los huesos".

- ¿Él no quiso saberlo?
- Nos impedía verbalizar la gravedad de lo suyo, no quería que su enfermedad le robara ni un gramo de energía, que el dolor fuera excusa... Lo intentamos todo, incluso un médico que le inyectó platino...

- Si lo prefiere, no siga...
- No, no. En las últimas horas lo abracé mucho - "t´estimo, t´estimo" (te quiero)- y es curioso lo que ocurrió después. No pude llorar. Cuando murió mi padre, al salir a la calle pensé: "¿Cómo puede ser que el mundo siga funcionando?". Pero cuando murió Alfonso pensé: "¿Cómo es que yo sigo funcionando?". Y por primera vez en mi existencia entendí, absolutamente, lo que significa vida mía,una expresión que pronunciamos a veces sin darle la menor importancia.

- ¿Piensa mucho en él?
- No hace falta. Él está aquí.

- ¿Después de él volvió usted a enamorarse?
- No. Y no lo digo como algo positivo. No hubo de quién, el listón estaba muy alto.

- Alguien pretendió canonizarlo.
- Que le llamen santo me molesta un poco. Lo único que tenía de santo era esa fe profundísima, inquebrantable, que impresionaba.

- ¿A qué renunció?
- A la pintura. Me dediqué a liberar a Alfonso de trabajo. Las feministas me insultarán, pero yo estoy en paz; él tenía una preparación y unos dones de los que yo carecía.

- ¿Cuál de sus valores sigue vigente?
- El de la comunicación hoy está prostituido. El servicio al prójimo..., cosa muy mal vista. ¿Y renunciar al presente para construir algo mejor?..., ¡eso ya ni se entiende!

- Éste no es su mundo.
- Nos ocurre a muchos. Una vez uno de mis hijos volvió de la universidad. Había dado su opinión sobre algo. Nadie le entendió. Me dijo: "Creo que papá y tú nos disteis una mochila que no sirve para caminar por el mundo de hoy". Supongo que tenía razón.

- ¿Le ha retirado la palabra algún cargo importante?
- Y yo a él. No soy persona fácil. He entregado premios a Mandela, Casaldàliga o Sola Sierra, pero no soporto gente como la que discursea sobre la relación con el sur de España y en realidad se cree superior a ellos...

- El político es falso por excelencia.
- No siempre. Decía Alfonso que una de las maneras de amar es - o al menos lo fue en el siglo XX- hacer política.

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