dilluns, d’abril 10, 2006

Copenhagen

Buenas,

Sí, no estoy de cachondeo, estoy en Copenhage, capital de Dinamarca. El viernes por la tarde recibí la llamada que esperaba desde hacía dos semanas. Existía la posibilidad de entrevistarme el lunes. Era tarde. No sabía qué hacer. Le di muchas vueltas a la cabeza y al final opté por el sí. ¿Por qué no? me dije. Suficientes puertas se cierran en la vida, como para cerrar otras que aún están abiertas. Compré el billete de avión y la noche de hotel (que espero me reembolsen), y "cap a Copenhage" hi manca gent.
He subido al avión hacia las 10:15 y a las 13:15 aterrizaba en Dinamarca. El viaje ha sido tranquilo. He medio dormido un rato y he medio visto una americanada enganchosa y romanticona de Diane Keaton el resto del viaje.
Lo que primero me ha sorprendido es que todo es perfecto, el silencio, la limpieza, la eficiencia, ... He cambiado unos euros (aquí aún no entraron en la zona euro), he recogido mi equipaje y me he dirigido hacia el taxi. En unos 20-25 minutos he llegado al hotel. Todos los taxis de este país permiten el pago con tarjeta de crédito, así que para evitar quedarme corto de pasta he comprobado que mi tarjeta aún sigue con vida y con fondos.
La habitación del hotel es minúscula, más pequeña que mi habitación de Tuck. La cama es individual y hay una mesa súperpequeña. También hay una tele sobre una plataforma a ruedas. Poco más.
Mi primera desilusión se ha producido al ver que los dos bocatas que me he traído estaban pasados. La combinación del queso con el tomate en un ambiente anaeróbico, es decir, sin oxígeno, produce una fermentación que debía haber previsto. Además los bocatas estaban hechos desde ayer por la mañana. Organizamos un evento internacional en el IESE, y sobraron bocadillos. Así que yo me llevé dos,..., mi gozo en un pozo.
En fin, me he comido un trozo de pastel que me había preparado mi mami y me he dirigido a ver a La Sirenita. Ya me habían dicho que era pequeña, y hoy he entendido el significado del diminutivo -ita. Mide sólo un metro de altura aprox. Pero tiene mucho encanto. Supongo por su solitud, en medio de un gran parque, a primera línea de mar, con las olas salpicando el bronce, a merced del frío y de la bondad de los visitantes (unos desaprensivos la decapitaron en 1998). Así como la Estatua de la Libertad en NYC me decepcionó porque era más pequeña de lo que nos venden, la Sirenita me ha cautivado, quizás porque yo también estaba solo en ese momento.
Después, bajo la incertidumbre de una lluvia que iba y venía y soportando un frío que a duras penas superaba los 5 grados, me he dirigido hacia el centro. Hoy, al ser domingo, no había mucha actividad. Las calles son amplias y limpias. Sorprende ver a muchos ciclistas y sorprende aún más ver como la gente deja las bicis contra la pared sin ningún tipo de candado. Los edificios son sobrios y recuerdan mucho a la Alemania de Bremen o de Hamburgo. No hay balcones, como allí, señal inequívoca que llueve y nieva bastante. Igual que Amsterdam esta es una ciudad de canales. Me he ido hacia la zona de los botes turísticos, pero he desistido dada las condiciones metereológicas persistentes. Ese lugar es bonito por la presencia de numerosos cafés, restaurantes, etc, el colorido de los edificios, de los barcos, del mar,...
He seguido caminando y me he adentrado en la zona centro de Copenhage. Ha empezado a llover de forma dramática. Incluso los daneses se refugiaban bajo los portales para evitar la lluvia. He caminado un poco más. Pese a llevar paraguas me estaba empezando a calar. He llegado hasta el McDonalds, punto neurálgico de toda ciudad occidental. No he ido a comprar comida, dejé esa religión hace tiempo. Simplemente quería saber cuánto vale un BigMac. Dicen que el precio relativo entre el BigMac de dos países refleja bastante bien las diferencias de poder adquisitivo entre los dos países. Aquí un BigMac cuesta 49 coronas danesas (KK), a 7,35KK/€ da un resultado de 6,67€. Hace tiempo que no lo miro en BCN, pero no creo que supere los 2,5€. Por lo tanto este país es extremadamente caro, y tomo nota de ello para si mañana me preguntan el sueldo que desearía cobrar.
En mi vuelta hacia el hotel me he parado en un local que hacían bocadillos de salmón. También he comprado una especie de ensaimada que me ha recordado mucho a los dulces de Oldenburg. En el hotel me he conectado a internet sin cables (viene y va y me lleva de los nervios) y siendo domingo me he dedicado a seguir la jornada deportiva. Lástima que mi portátil no tenga ya tarjeta de sonido (pobrecito, ya tiene para 5 años y eso en un portátil...). En fin, que me he comido lo que he comprado y me he quedado frito.
Espero leer un poco e irme a dormir pronto. Estoy cansado del trote de esta semana y mañana necesitaré los cinco sentidos para las tres entrevistas. A la noche espero estar de vuelta a casa.
Por estar aquí he renunciado a la excursión con el GER que con tanta ilusión había montado. Me sabe fatal, pero así es la vida. No siempre todo sale como teníamos planificado.
No quiero cerrar el blog sin dejar un pedazo de canción que me ronda la cabeza y que me recuerda todas las personas que me han deseado la mejor suerte para mañana y todas las que creen que me equivocaría optando por venir a trabajar hasta aquí, hasta esta ciudad gris: es el "que tinguem sort", y os dejo el link al lado. Que tinguem sort, per ser valents per somniar i per ser prudents en el jutjar.

Buenas noches, a 2500km de mi Barcelona

Jordi

2 Comments:

At 11:59 p. m., Anonymous Anònim said...

Jordi, ets tu?

Sí, clar que ets tu, quina pregunta més absurda pel comentari d'un blog.

Encara no m'ho he llegit tot. M'has sorprès. Que estiguis a Copenhage no, és clar. Potser, el que menys ;-)

Una abraçada,
Fran

 
At 1:01 a. m., Anonymous Anònim said...

Hola de nou (nova expressió absurda per un blog... serà que més aviat penso que t'estic escrivint un mail)

Estigues segur de que continuaré llegint el teu blog. És admirable. Val a dir que a mi m'ha deixat trasbalsat, per definir-ho amb una paraula. Resulta que busco per atzar al Google el teu nom, i em surt un relat en primera persona de la teva vida, pensaments i algun que altre sentiment, des de fa sis mesos. Acollonant.

Ens hem vist per darrer cop un 22 d'agost, ple estiu, al vespre. Darrera la plaça de les Arenes. Al costat d'un autocar que marxava cap a Taizé ple de gent trista pel funeral del germà Roger. Vas arribar-hi amb la teva moto.

Ara en diagonal he llegit per atzar que te la van robar, la moto. Jo marxo cap a Taizé des del mateix lloc, demà passat, primavera, víspera de Dijous Sant i per suposat amb gens ni mica de tristor.

Disculpa si això no té la llargada (cortedat, més aviat) pròpia d'un comentari d'un blog. Aquesta anomalia es resoldrà quan em donis la teva adreça de Messenger (també he "caçat" paràgrafs on comfessaves que l'utilitzes) o et vegi en persona, tot i que pel que sembla podria ser més difícil a partir d'ara que durant els últims mesos. Coses de la vida. Es igual, siempre nos quedará un Foxos. Espero que aquell mà a mà que vam fer-hi no sigui l'últim.

Et desitjo tot el millor en aquesta... nova etapa danesa? Bé, ho sabré aviat, ja veig que ho explicaràs per aquí.

Pau i bé,
Fran
PD: Signo perquè quedar com a "el usuario anónimo" em sembla una autèntica afrenta :-)

 

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