dimarts, de febrer 13, 2007

"Better late than never"

Buenas noches,

Estas palabras las pronunció el piloto del vuelo que me trajo de Frankfurt ayer por la manyana. El vuelo tenía que salir del aeropuerto más grande de Europa el domingo a las 21:40h, pero un problema técnico retrasó su salida más de 13 horas. Gajes del oficio. De vez en cuando los aviones se estropean, y mejor que sea en tierra que a 10 mil metros de altura. El piloto estuvo gracioso, su "más vale tarde que nunca" me arrancó una sonrisa de no sé donde, después de un fin de semana aciago. Dormir en un hotel del aeropuerto no fue, ni con mucho, lo peor de estos 3 días en Barcelona.

Me he llevado decepciones, alguna más grande, alguna más pequenya. Me he acordado mucho de la entrada anterior, de las estufas calientes y de si saltar o no de nuevo cuando vea otra estufa. Pero yo soy de saltar, así que aunque me vuelva a quemar este gato no aprende. He visto que el tiempo y la distancia lo pueden casi todo, y que el hecho de no estar en contacto con la gente, hace que las relaciones se diluyan, y que el verte ya no sea una de las grandes noticias del día. Ciertamente es un poco triste, pero es así, y por muchos esfuerzos que uno haga, la decisión de marchar lejos tiene todo tipo de consecuencias.

Igualmente Barcelona sigue siendo mi ciudad y tanto viernes, como sábado, como domingo, he tenido la oportunidad de hacer tres paseos deliciosos. El viernes empecé por arriba de Rambla Catalunya (mi calle favorita), bajé hasta la Plaza Santa Catalina (como ha cambiado aquello desde mi infancia), subí por Portal del Angel, crucé las Ramblas y cogí Elisabetes. Compré un par de libros en la Central del Raval (hace tiempo dije que no compraría más en el FNAC, jeejej) y por detrás del MACBA aparecí en Ronda San Antonio, Pelayo, Paseo de Gracia y Valencia. Todo amenizado con un poco de lluvia y con el Volver en la versiónde Estrella Morente, una recomendación deliciosa.

El sábado recorrí mi Diagonal. El paseo no tiene tanta magia, pero el sol brillaba en el cielo y la sensación de estar a 20 grados a inicios de febrero (en CPH estamos a 2 grados) era excepcional.

El domingo opté por el parque de la Ciudadela. Un clásico de mi infancia cuando vivíamos en Pujadas. Estaba llenísimo de gente. Me agobié un poco y pasé hacia el Borne por la calle Princesa y luego a Santa María del Mar. Qué bonita que está esa zona. De allí a las Ramblas (nunca me han gustado) y de nuevo cerré el círculo en Rambla Catalunya.

Dicen que con el tiempo sólo recordamos los buenos momentos. Parece que los malos son más fáciles de olvidar. Y ahora que acabo esta entrada, me queda un sabor diferente de mi finde. Y es que Barcelona es tan preciosa, y es que también hay mucha gente que me encantó ver.

Vaya esta entrada por Miriam, Nuria y Miguel y su nuevo retonyo Mar. Un beso a los 4

Y a todos también, better late than ever

Jordi

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