diumenge, de desembre 25, 2005

Víctor y Victoria

Buenas,

Sí, parece el título de una película. De hecho lo es. Pero hoy no hablaré de cine. Hablaré de la vida real. Ayer celebré la cena de Nochebuena con voluntarios y usuarios de arrels. Arrels, http://www.arrelsfundacio.org/, es una ONG dedicada a acoger y preocuparse por gente homeless. Esto es, sin techo. Gente, hombres y mujeres, que por una causa u otra han acabado viviendo en la calle, en condiciones infrahumanas. Esta organización, con una larga historia de lucha por este colectivo, les ofrece numerosos servicios. Tienen grupos de voluntarios que van por las calles de Barcelona. Entran en contacto con homeless. Les hablan de Arrels. De esta forma inician una relación con Arrels. Esta relación se puede traducir en atención básica (disponen de duchas), a atención médica, a ayuda para comer y alojarse, etc. Realizan una labor magnífica.

Mi amigo Xavi me introdujo en esta realidad ahora hace poco más de un año. La pasada Nochebuena también estuve con ellos. En enero me planteé ser voluntario, pero no lo fui. Fue una mezcla de cobardía, falta de tiempo y de desgaste semanal. No sé. Ahora vendrán unos años cargados de trabajo, donde mi colaboración sólo podrá ser pecuniaria y puntual. A mi que se me llena siempre la boca de palabras de solidaridad, en aquel momento fui débil. Me reconozco así. Supongo que me faltó un último impulso. Pero sé que volveré y almenos intentaré concenciar a los que me rodean de esa situación. Si alguien tiene una tarde libre a la semana y recibe la llamada interior que sepa que en Arrels agradecerán que se la regale. No se requiere nada especial, simplemente mucha disponibilidad para escuchar y servir.

En Barcelona hay un nuevo homeless cada 2 días. De hoy a final de año 3 o 4. Pero "tranquilos", suele ser gente mayor que en situaciones precarias tienen una mortalidad más elevada que el resto de nosotros. Tranquilos señores políticos, seguirán sin hacer mucho ruido, no tienen acceso a los medios, ni fuerza para gritar, ni muchos ánimos para hacer huelgas de hambre, ni contactos para presionarles.

Pues eso, ayer acudí de nuevo a la cita anual. Me senté con Xavi, con otros dos voluntarios y con dos usuarios. Víctor y Victoria. Víctor es un chico gallego que hace poco que conoce Arrels. No habló mucho. Era de Santiago, la de mis tres Xacobeos. Comió mucho. Era su única comida. Quién sabe si hoy habrá comido. Yo estaba al lado de Victoria. Hablé bastante con ella. Una mañica que vino a Barcelona a finales de los 60. Me explicó que es de cerca de Canfranc, que aquello ha mejorado mucho según le han explicado (llega incluso la carretera dijo), ya que no ha vuelto desde que marchó. Me contó que tiene 62 años (yo le hubiera puesto casi 80) . Vive en una pensión de la calle Hospital y sus rodillas apenas le permiten superar los 15 escalones que hay entre el portal y su habitación. Arrels le paga parte del alojamiento. Pero es caro, 20€ al día. Así que está buscando un alojamiento más económico. Me contó que esta semana haría más frío, y que eso no es buena noticia para ellos. Cada vez le duelen más la rodillas por artrosis, pero no se quiere/puede quejar mucho, tiene miedo que el médico le traslade a un sitio donde no conoce a nadie. La vida les ha dado tantas ostias que difícilmente se fiarán de alguien.
A media comida se metió un trozo de pollo en una bolsa. Al final unos cuantos turrones. Para ellos no ha habido comida de Navidad. Para ellos el mañana es un interrogante difícil de responder. El carpe diem es su leit motiv, no por snobismo, sino por necesidad.

Ellos son Víctor y Victoria. Vaya mi pensamiento para ellos y para todos los que la vida no les trató bien.

Un beso

Jordi

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