diumenge, de gener 22, 2006

Sentido y sensibilidad

Buenas,

Hace unos dos años me hice socio del club FNAC. Uno de los "descuentos" que ofrecían era un vale que permitía la compra de 4 libros, sólo pagando 3. Obviamente el que no pagabas era el más barato. Ese cuarto libro resultó ser Sentido y Sensibilidad de Jane Austen. No es que me llamara muchísimo la atención, pero había que comprar algo. Era una novela que combinaba algo de campiña inglesa con el glamour que se da a las novelas antiguas (1811) archiconocidas.

Mi poco interés se demuestra porque en dos años ni le había echado un vistazo. Acabé el Pianista de Montalbán, miré a mi librería y opté por una edición de bolsillo. Sentido y sensibilidad fue la elección. Inicié sus 367 páginas (al iniciar un libro siempre miro el número de páginas) sin mucho interés. Recordaba la película de Hugh Grant y la gran Emma Thomson. Fue una de las candidatas a los óscar de 1996. La fui a ver y no me agradó demasiado. El setting inglés era bonito pero la historia no enganchaba.

Cuán equivocado estaba. Ese libro me ha tenido enganchado en las dos últimas semanas. He aprovechado cualquier viaje de autobús, por corto que fuera, para leer 2 o 3 páginas de esta exquisita historia. Os la recomiendo encarecidamente. Por ello no os explicaré demasiado. Sólo os daré un "tastet" (un trocito para que lo probéis).

En la Inglaterra de inicios del siglo XIX el principal objetivo de las mujeres era obtener un marido que les arreglara la vida. No era un objetivo egoísta, simplemente era el rol que la sociedad les otorgaba. Nada más. La familia, los amigos, los conocidos, etc. todos buscaban que la chica encontrara un buen partido, y cualquier conversación, encuentro, etc., se aprovechaba para elucubrar con esas relaciones potenciales.

En esa sociedad viven dos hermanas Elinor y Marianne. Hay una tercera hermana (Margaret), pero no pinta nada en todo el libro. Elinor y Marianne tienen dos formas diferentes de afrontar el mundo, es decir, de afrontar las relaciones con los hombres y "potenciales" maridos. Elinor es reservada, controla al máximo sus sentimientos, razona todo hasta el fin, no muestra lo que siente, ..., es la máxima expresión del sentido. Marianne es una loca (en el sentido positivo de este apelativo), descerebrada, lista para demostrar sus sentimientos donde y cuando haga falta, dispuesta a luchar por sus sueños. Es la máxima expresión de la sensibilidad. Elinor nunca llora, nunca ríe. Marianne llora y ríe. Nadie se preocupa de Elinor (parece estar bien). Todos se preocupan por Marianne (pobrecita).

A partir de este planteamiento a las dos les suceden una serie de episodios consecuencia de sus actitudes frente a la vida. Marianne, fruto de su locura y de su carácter soñador, se va pegando contra muros cada vez más duros. Elinor, reposada y calculadora, esconde sus frustraciones justificándolas y razonándolas.

Hasta aquí puedo leer.

Yo con quién me identifico? Con Elinor o con Marianne? Hasta hace poco tiempo yo creía ser más Elinor, pero últimamente pienso que soy un poco Marianne. Elinor no hace sufrir a los demás y sufre por dentro. Marianne comparte sus sufrimientos con los que le rodean. Ante los otros soy persona que escucha, que atiende problemas y alegrías. Me guardo los míos. Pero en determinadas situaciones soy un auténtico descerebrado. Cuál es el punto ideal? Supongo que uno ha de tener un control de sus sentimientos tal que eso no le impida ser espontaneo.
Y vosotros, sois más Marianne o más Elinor?

Os dejo en esas reflexiones. Yo marcho a Cor Obert. A ver qué han preparado "mis niños/as".

Un beso

Jordi

PD: el viernes estuve en Madrid con entrevistas. EN principio, mañana o el martes sabré si me dejan ser consultor...

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