dimecres, de juny 21, 2006

En la ducha

Buenas,

Últimamente he de confesar, mal que me pese, que mi reloj vital está gobernado por ese acontecimiento mundial llamado comúnmente Mundial. En los días laborables me pierdo el partido de las 3 y raras veces veo algo del de las 6. Eso sí, el de las 9 es casi obligatorio. Los fines e semana como con el de las 3, el de las 6 me despierta de la siesta y me traslada rápidamente al de las 9 de nuevo. Y así llevamos 11 días de competición con 3 partidos al día. Cualquiera hablaría de paraíso, pero la verdad la calidad, en general, está dejando mucho que desear.

Uno de los objetivos que me planteé cuando vine aquí es que no dejaría de hacer deporte. Primero porque me proporciona energía vital y segundo porque la manía de los daneses de cocinar todo con mantequilla podía convertir mis humildes michelines en una zodiac de campeonato. El resultado, de momento, es positivo, ya que de 15 días de estancia en estas tierras he efectuado práctica física en 5 de ellos.

El momento que últimamente escojo para hacer deporte es el parido de las 9 de la noche. De esta forma libero mi consciencia de la sensación de estar perdiendo el tiempo delante de una pantalla de televisión (reconozco que ahora mismo estoy viendo el Inglaterra-Suecia y quizás me disloque el cuello). Pues eso, que el domingo daban un Francia Corea del Sur que me apetecía ver. Siempre es agradable ver al equipo galo sufriendo ante los “temibles” surcoreanos. Me vestí y bajé al gimnasio. Y al abrir la puerta vi a una oriental en la cinta de correr con el mando a distancia y viendo una película romanticota en la tele. Mi gozo en un pozo. Fui prudente y consideré feo pedirle el mando. Además ya llevaba tiempo corriendo y pensé que lo dejaría rápido. Pero no fue así, siguió corriendo mientras yo hacía estiramientos, hacía media hora de bici y volvía a hacer estiramientos. En fin, una máquina.

Un poco girado subí a la habitación. Encendí la tele y vi que Francia ganaba 1 a 0. Vi un trocito de la segunda parte, pero de inmediato decidí ducharme para poder ver con tranquilidad el final del partido. Subí el volumen de la tele, siendo coherente con mi obcecación de estar en más de un sitio en el mismo momento y entré en la ducha. Empezó a caer el agua caliente. Se estaba “muy agustito”. El cabreo que llevaba por la oriental (que tampoco tenía la culpa) se evaporó. De fondo oía el comentarista danés y los gritos de los espectadores. Creí reconocer un par de goles de Francia, pero mi interés se diluía. Cuando las yemas de los dedos se tornaron como la piel de los viejecitos, decidí salir. Fui a la tele, y seguían 1 a 0.

Este episodio me hizo reflexionar y elaborar la siguiente metáfora. Se la dedico a los políticos, en especial a los que han estado involucrados en toda la elaboración del Estatut y en su posterior negociación, campanya, etc. Se lo dedico a ellos, por inútiles, a aquellos que han mirado sus intereses personales y de partido por encima de nada más, a aquellos (acaba de marcar Inglaterra el 2º, qué injusto es el fútbol) que han vomitado sobre Catalunya y que después se extranyan que la gente les reciba con la canya, a aquellos que se han tomado la Generalitat como una casa de citas, a aquellos que les encanta ver su nombre en la portada de un diario, o hacer declaraciones delante de una alcachofa o una cámara de televisión.

Para ellos el poder es como esa ducha. Están debajo de ella, calentitos, agarrados a su silla, a su sueldo, a su seguridad, hinchando su ego hasta límites insospechados. Y ahí están, mojaditos y encantados de la vida, sin ganas que nadie les toque mucho la moral. Sí, oyen ruido de fuera: los periodistas informan y desinforman (empata Suecia, grande Larsson), los correveidiles que también les gusta el agua caliente les halagan, la gente incluso se atreve a manifestar. Pero lo que oyen, lo poco que les llega a los oídos, tampoco responde a la realidad. Se creen que Francia ha marcado, pero si mirasen a la televisión se darían cuenta que todo sigue igual.

I així hem aprobat el nostre Estatut, amb un 49.4% de participació. De cada 100 catalans 36 han dit que sí, 11 han dit que no, 2 s’han abstingut i 51, sí, heu sentit b, 51 no han dit res. Però tots contents, a la dutxa s’està tan b…

Bona nit

Jordi

PD: Inglaterra 2 – Suecia 2

2 Comments:

At 9:16 p. m., Anonymous Anònim said...

Gran escrit Jordi!!! Gran metàfora la del final...Ara pensant amb això del Estatut m'he adonat que també ha sigut com un partit de futbol, uns s'han passat la pilota als altres, inclús m'atreviria a dir que han "traït" la seva ideologia, com al futbol aquell jugador que sent els colors d'un equip i marxa a un altre perquè li paguen més...en fi...
Una abraçada,
LoRe

 
At 3:45 p. m., Anonymous Anònim said...

jajajaj k grande k grande!!!
tu tb tas fet tot un poeta, lunic q mes etic i moral, pero mola!!

savia danar a votar home!

 

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