Pedaleando

Buenas noches,

Hace días que quiero escribir sobre dos temas, el uno es el tour de Francia, el otro es el conflicto arabe-israelí.

Para el primero pensaba que llegaba tarde, para el segundo necesito más información, porque una ecuación con una solución tan fàcil debe ocultar alguna incógnita que me falta por descubrir.

Por el título deducireis que hoy voy a hablar de ciclismo, no sólo del Tour, que también, pero de lo que significa para mi el deporte de las 2 ruedas.

Hoy se ha hecho público que el ganador del pasado Tour de Francia, el americano Floid Landis, dió positivo por testosterona en la etapa del pasado jueves. Esa etapa es la que él mismo ganó escapándose a 130 km de meta y aventajando en más de siete minutos al segundo clasificado. Hoy los comentarios de muchos especialistas y de muchas radios tildando de gesta y hazanya la victoria del americano.

El ciclismo ha padecido mucho en los últimos anyos. De sospechas de doping se ha pasado a realidades y hasta algún ciclista ha tenido que pasar por algún calabozo. Los métodos de dopaje son variados e incluyen desde todo tipo de sustancias para aumentar el rendimiento, a las autodenominadas autotransfusiones (se extrae sangre, se separan los glóbulos rojos del plasma, se reinyecta el plasma y al cabo de unos meses antes de la competición se reinyectan los glóbulos rojos, así el ciclista puede absorber más oxígeno y rendir más).

Pocos días antes del tour, los favoritos fueron acusados de doping después de descubrirse una trama articulada por un médico espanyol. La organización expulsó a los Ullrich, Basso, Mancebo, Sevilla... El ciclismo profesional que hacía unos anyos estaba condenado a muerte parecía consumir sus últimos días de gloria. Una gloria que había visto coronar los puertos alpinos por los Bahamontes, los Copi, los Anquetil, los Merckx, los Ocanya y últimamente los Indurain, los Pantani y los Amstrong.

Este tour, en el que después de tantos anyos no había ningún favorito, despertó de nuevo la curiosidad de los que astiados por tanto dopaje lo habían abandonado. De pronto surgieron nuevas gestas, nombres como Pereiro o Sastre levantaron a la aficion espanyola que aun echa de menos al gran navarro. Aqui, Rasmussen en Alpe d'Huez sacó algo de carácter a estos daneses que parece tengan sangre de orchata. Los periodistas anunciaban la resurrección de este deporte, un deporte ya puro sin la sombra del doping. Los vampiros (agentes de la Unión Ciclista Internacional que extraen sangre a los ciclistas por la noche para comprobar que no se hayan dopado) seguían actuando pero no encontraban positivos. Todo parecía nuevo, limpio, DEPORTE. Pero el equilibrio era muy inestable.

Recuerdo a mi profesor de Física de primero de carrera. Para explicarme lo que era un equilibrio inestable nos dijo que imagináramos una canica sobre una silla de montar a caballo. La canica no se mueve, pero al mínimo golpe cae violentamente.

Eso es lo que le ha pasado hoy al ciclismo. Estaba sobre la silla de montar, Landis positivo, y caída libre. No sé quién lo parará. No sé qué patrocinadores confiarán en dar millones, qué teles estarán interesadas en retransmitir el tour o la vuelta.

Recuerdo tantos julios enganchado a la tele intentando superar mi adicción a la siesta para ver el Galibier o el Alpe d'Huez o Hautacam o el Mont Ventoux o la Croix de Fer o el Tourmalet... En muchas ocasiones era lo que salvaba a julio. Un deporte noble, duro, exigente, donde los esforzados de la carretera se pegaba palizas de 200 km al día. Y ensalzamos al ciclismo y empezó a entrar pasta a saco y alguien pensó que dopándose un poco llegarían más lejos y luego lo pensaron todos y así ese circulo vicioso del cual hoy hemos vivido la última entrega.
COmo dijo el gran Minguez: "Si alguien se pensaba que con un plato de macarrones se subían 5 puertos y se hacían 200 km estaba loco".

Pues éramos muchos los locos y los enamorados de ese deporte. Que en paz descanse?

Bona nit

Jordi

PD: dedico este blog a mi amigo Víctor, con quien tantas horas de tele ciclista y de bici hemos compartido, y con quien quiero compartir muchas más.