divendres, d’octubre 20, 2006

Otra maleta

Buenas noches,

He estado planchando unas camisas mientras veía en la tele el penúltimo capítulo de Porca Miseria, después he hablado con Éric y Pili. Ellos han sido los últimos en "atreverse" a probar la aventura Skype, y han visto que es más fácil que hacer una tortilla de patatas. Que la tecnología no os dé vértigo. Hablar gratis con todo el mundo. Alguien había sonyado antes algo parecido?
Antes de ir a dormir y mientras escucho una Suite de la English CHamber Orchestra (creo que me he aficionado a la música clásica y www.beethoven.com es el culpable) os quiero explicar que ya he empezado a preparar una nueva maleta.

Si hace un mes volaba a la China, a Shanghai, y hace dos semanas a mi querida Barcelona, el sábado vuelo a Estados Unidos. Es increible que un país que me era tan extranyo hasta hace poco, esta sea la sexta vez que lo visite en los últimos 3 anyos. Esta vez volaré a Washington donde visitaré a Andrés y Caro. El domingo por la tarde me dirigiré a las cercanías de Nueva York, a una ciudad denominada Morriwston donde estaré dando un curso hasta el viernes. Una vez acabado nos trasladaremos a la gran manzana para disfrutar, ni que sea unas horas, de todo lo que ofrece aquella ciudad. Bueno, de todo no, pero si de buenos precios en electrónica, de unos museos espectaculares y de unos contrastes que sólo se pueden encontrar en la gran manzana. Hoy hace un anyo que estuve allí con mis padres y en la entrada de entonces ya reflejo mis sentimientos hacia esa ciudad. Un sitio donde no viven ni ninyos ni ancianos no parece un sitio ideal para vivir.

También tengo ganas de ir a Washington, de conocer Arlington, y de ver aunque sea de lejos esa casita blanca donde vive alguien con una conciencia poco tranquila, si es que la tiene.

Bueno, parece ser que estas últimas 10 semanas de anyo me depararán más viajes. Ya os iré informando. Viajar es apasionante. Conocer nuevas culturas es sensacional y ayuda a entender el mundo, a conocerse mejor uno mismo y a relativizar tantas cosas!

Y nada, aquí preparando otra maleta. Recuerdo en Shanghai, bajando en el ascensor con la maleta, un senyor me dijo: "Going home?". Me lo miré y le dije: "I don't know where my home is". A ver si la encuentro algún día...

Besos

Jordi

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